En 2019 China marcó el destino del bitcoin prohibiendo aceptarla como moneda de curso legal en sus intercambios [1, p:12]. Una forma de implantar una moneda es el 'deber de pago', al ser admitida como forma de transacción con una administración para trámites como tasas, impuestos o ayudas. Esto permite la recolección de impuestos y trámites burocráticos. Con esta declaración, sea verdadera o no en un futuro, China desincentiva su uso como refugio para el yuan.
La diferencia básica entre el oro y el bitcoin es que, mientra es relativamente fácil desprenderse de las reservas de oro, al ser admitido en todo el mundo por todos hasta por estados, el bitcoin solo puede usarse en intercambios no institucionales por ahora, limitando su liquidez; y su circulación.
A pesar de que el mundo no abandonará el petróleo por tiempo, y por lo tanto el petrodólar permanecerá; su abandono progresivo en el medio y largo plazo; el deterioro de las cuencas petroleras sauditas; y el declive de numerosas regiones incapaces de suministrar, que comenzarán a ser deficitarias y a demandar petróleo; auguran una depreciación progresiva del dólar. Asociada a una pérdida de poder global de la moneda americana, par a la de su ejército, la medida tomada por China va a forzar a una dolarización del Bitcoin, que seguirá circulando y absorbiendo dólares sin poder convertirse en moneda de reserva mundial. La moneda débil, el dólar, se intercambiará, y la fuerte, el bitcoin, se atesorará paralizando su circulación. ¿Quanto vale una moneda hiperflancionaria? ¿De qué serviría un intercambio de 1Bt por 1000 Mill $ deflacionados? Nada.
Vemos en la decisión china un movimiento de protección ante la futura inestabilidad del dólar consecuencia de su pérdida de hegemonía que acabará afectando al bitcoin y a sus apóstoles.