Este lunes otro policía, un inspector de la Nacional, 32 y 3 años de sicario, se quitaba la vida en Benidorm, algo habitual dentro del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) según LaGaceta.es del Lunes 2 de Marzo.
Los agentes son lacayos de uniforme, pero dentro queda un minúsculo resquicio de humanidad donde sus contradicciones se revelan. Tienen en su vida diaria problemas que pueden influir en su actividad coercitiva y viceversa, un trabajo desagradecido que se refleja en sus vidas diarias, conduciéndoles al aislamiento social y a los endogrupos. Otra diferencia con las personas es que los policías tienen a mano un arma, forma fácil de acabar con muchos problemas, según ellos.
Si ser poli fuera tan guay como se muestra en la tele la tasa de suicidios sería menor o igual que la de la población genereal, alrederor de los 7,7 por mil habitantes, sin embargo es por lo menos 4 veces mayor. Los Maleméritos una tasa suicida del 14,5. En el análisis de tendencia vemos como ésta desciende desde su pico en 1994, donde se situaba en el 45,4 , siete veces por encima de los civiles. Las bajas psicológicas son el doble que en el CNP, ya de por si altas. Mucho nos tememos que el baile de cifras convierte la información en poco fiable. Lo que es seguro es que ser un lacayo a sueldo no parece ser una tarea agradable.
Denegada intervención de Salud Laboral
Una vez los nuevos lacayos aprueban la oposición, no vuelven a someterse a ningún tipo de valoración psicológica.
Reconocer el Suicidio como Riesgo Laboral es reconocer el fracaso de un sistema
Peticiones similares fueron propuestas pasado año en el Consejo de la Policía, donde el sindicato UFP solicitó controles psicológicos periódicos en unidades especialmente sensibles, como UIP o antidrogas, no habiendo obtenido respuesta del DGP.
Causas del suicidio laboral
Los agentes son lacayos de uniforme, pero dentro queda un minúsculo resquicio de humanidad donde sus contradicciones se revelan. Tienen en su vida diaria problemas que pueden influir en su actividad coercitiva y viceversa, un trabajo desagradecido que se refleja en sus vidas diarias, conduciéndoles al aislamiento social y a los endogrupos. Otra diferencia con las personas es que los policías tienen a mano un arma, forma fácil de acabar con muchos problemas, según ellos.
Si ser poli fuera tan guay como se muestra en la tele la tasa de suicidios sería menor o igual que la de la población genereal, alrederor de los 7,7 por mil habitantes, sin embargo es por lo menos 4 veces mayor. Los Maleméritos una tasa suicida del 14,5. En el análisis de tendencia vemos como ésta desciende desde su pico en 1994, donde se situaba en el 45,4 , siete veces por encima de los civiles. Las bajas psicológicas son el doble que en el CNP, ya de por si altas. Mucho nos tememos que el baile de cifras convierte la información en poco fiable. Lo que es seguro es que ser un lacayo a sueldo no parece ser una tarea agradable.
Según el secretario general del Sindicato Independiente de la Policía Española SIPE, Alfredo Perdiguero:
"El suicidio en la Policía Nacional es un tema tabú"El perfil del agente que se ha suicidado o lo ha intentado seriamente es el de varón de 39 años, casado, procedente del Ejército, de escala básica y una media de 17 años de servicio en Fuerzas Represoras, ejército o policía.
"Absolutamente nadie -ni este gobierno ni el anterior- contempla los suicidios dentro del Cuerpo. Es una lacra tremenda porque, aunque no tenemos datos oficiales, cada 15 días se escucha que se ha suicidado un compañero"
"Dicen que hablar de suicidios hace un efecto llamada -es decir, se producen más suicidios- y que por eso lo evitan"
Denegada intervención de Salud Laboral
Según Perdiguero durante la legislatura socialista un comité de prevención de riesgos laborales solicitó un informe en el que se detallara el número de funcionarios suicidados y el departamento al que pertenecían."Nadie nos facilitó esos datos".
Con el Partido Popular en el Gobierno tampoco ha mejorado la situación. Ocultan los suicidios y a demás censuran a los compañeros que sufren la pérdida y piden soluciones.
Una vez los nuevos lacayos aprueban la oposición, no vuelven a someterse a ningún tipo de valoración psicológica.
Los servicios médicos de la Dirección General de Policía DGP no controlan a aquellos con problemas psicológicos y que acaban suicidándose con un arma que no deberían portar.
El SIPE va a solicitar al ministerio de trabajo que se realice un informe conjunto para que el suicidio se contemple como un riesgo laboral. Va a proponer que un tribunal compuesto por psicólogos realice las pruebas oportunas para determinar si los policías con problemas psicológicos están capacitados o no para portar armas y continuar ejerciendo la labor policial. Si no, ya se sabe, tratamiento y prejubilación, como a los culpables del caso 4F. Y que se disponga de un gabinete psicológico de consulta.
Peticiones similares fueron propuestas pasado año en el Consejo de la Policía, donde el sindicato UFP solicitó controles psicológicos periódicos en unidades especialmente sensibles, como UIP o antidrogas, no habiendo obtenido respuesta del DGP.
Causas del suicidio laboral
A la presión de la vida diaria se le suman varios factores propios que convierten a los cuerpos represores en una olla expres.
Desde este blog ya se denunció el pasado septiembre de 2014 en el post publicado de la Haine "Psicología policial: La violencia del cobarde. Psicópatas contra el pueblo"el condicionamiento psicológico antisocial y militarista al que se les somete desde la academia a estos pobres. Cómo este entrenamiento cambia su vida y la de su entorno social. Al tener que ver a cualquier ciudadano como un enemigo en potencia se empuja a muchos de ellos a la autoexclusión y marginación social. El gobierno exige que se ejecuten órdenes más allá de la moralidad o la justicia social ámpliamente entendida, algo que tampoco entienden muchos policías. Y que finalmente la sociedad reconoce a quien empuña el látigo y la estigmatiza. Los suicidios son parte integral de esta cultura de violencia y jerarquía.
Desde este blog ya se denunció el pasado septiembre de 2014 en el post publicado de la Haine "Psicología policial: La violencia del cobarde. Psicópatas contra el pueblo"el condicionamiento psicológico antisocial y militarista al que se les somete desde la academia a estos pobres. Cómo este entrenamiento cambia su vida y la de su entorno social. Al tener que ver a cualquier ciudadano como un enemigo en potencia se empuja a muchos de ellos a la autoexclusión y marginación social. El gobierno exige que se ejecuten órdenes más allá de la moralidad o la justicia social ámpliamente entendida, algo que tampoco entienden muchos policías. Y que finalmente la sociedad reconoce a quien empuña el látigo y la estigmatiza. Los suicidios son parte integral de esta cultura de violencia y jerarquía.
El Ministerio del Interior dice no a los gabinetes psicológicos. Estos ahondarían en las causas de los problemas, que por otra parte son conocidas por los mandos. Darían lugar a investigacionesinternas, y a nuevos controles que restringirían las capacidades del cuerpo. Que no, no van a poner psicologos!
Las pocas voces internas disidentes, organizadas en los mal llamados sindicatos, ya que no son trabajadores, sino la parte coercitiva necesaria del sistema de poder, reconocen el daño producido al ser usados como arma política y económica de las élites. Al cuerpo se le ha dotado de unas condiciones de impunidad y privilegios similares a los de la clase política. El descontrol y nepotismo en el cuerpo es total desde hace más de 40 años, lo que surgen condiciones de abuso por parte de los mandos. Ni se puede criticar ni llevar la contraria. Esto incluye que no se admiten quejas ni lamentos. La enfermedad no es aceptable, porque todo está bien, aquí nunca ha pasado nada.
Soluciones hay muchas, pero buena solo una: madero, abandona el cuerpo y búscate una vida en que no jodas y no te jodan, no merece la pena desperdiciar la única que tienes. La policía es un cuerpo represivo que no debería existir.
Era muy fácil ser los héroes prefabricados de los periódicos del régimen en la lucha contra ETA y la amenaza vasca. Ahora que les toca echar a familias, ancianas, minusválidas de sus casas por orden de los bancos no solo las manos se llevan a la cabeza.
Las pocas voces internas disidentes, organizadas en los mal llamados sindicatos, ya que no son trabajadores, sino la parte coercitiva necesaria del sistema de poder, reconocen el daño producido al ser usados como arma política y económica de las élites. Al cuerpo se le ha dotado de unas condiciones de impunidad y privilegios similares a los de la clase política. El descontrol y nepotismo en el cuerpo es total desde hace más de 40 años, lo que surgen condiciones de abuso por parte de los mandos. Ni se puede criticar ni llevar la contraria. Esto incluye que no se admiten quejas ni lamentos. La enfermedad no es aceptable, porque todo está bien, aquí nunca ha pasado nada.
Era muy fácil ser los héroes prefabricados de los periódicos del régimen en la lucha contra ETA y la amenaza vasca. Ahora que les toca echar a familias, ancianas, minusválidas de sus casas por orden de los bancos no solo las manos se llevan a la cabeza.
Despierta madero, te quieren muerto!